Esta historia ha llegado a nuestros días
porque los lugareños que la vivieron, se la fueron contando unos a otros. La
primera referencia escrita apareció en el libro “Anomalies and curiosities of
medicine” en el año 1896. En un principio se creía que sólo era eso, una
historia inventada, pues era demasiado fantástica para ser real. El paso del
tiempo, parece haber dado la razón a los que la relataban como verdadera, sólo
que ya sabemos como son estas cosas de la transmisión oral, se cambia algo, se
elimina esto, se engrandece aquello, pero la historia está ahí…
Inglaterra y sus hermosas campiñas. Con
seguridad, estaríamos hablando del siglo XIX. Los investigadores más
concienzudos la datan entorno al año 1887. Condado de Postmouth, en uno de sus
castillos con vistas a la belleza de unos enormes acantilados, vivían Sir William Pitt
Mordrake y su esposa (la hermosísima según decían) la Condesa de Darlington. Los
campos de cosecha que rodeaban el castillo generaban (con tributos
arrendatarios) los suficientes ingresos como para que la familia viviese
holgadamente. El matrimonio, tenía dos hijas y la Condesa, estaba en cinta de
un tercero. El patriarca ansiaba el nacimiento de un varón y en este caso, así
fue, llegaba al mundo el protagonista de esta historia EDWARD MORDRAKE.
Al nacer, el médico y la matrona
que
atendieron el parto, pudieron comprobar que el niño tenía una extraña
malformación en la parte trasera de la cabeza. No podía ser, era más pequeña de
lo normal, pero era muy clara, no tenía discusión… Edward Mordrake, había nacido
con dos caras.
El tiempo fue pasando, y Edward Mordrake crecía, y se convirtió en un joven erudito,
gran estudiante y un músico violinista de gran habilidad, pero todas estas
actividades, las procuraba hacer recluido en sus aposentos, pues no soportaba
su “gemela diabólica no nata” como
el la llamaba, porque si, era un perfecto rostro de mujer.
El rostro, no hablaba, no comía, no bebía,
pero si podía reir y llorar, lo curioso, era que cuando Edward Mordrake
lloraba, el rostro hacía muecas de risas y cuando Edward reía, a la “gemela
diabólica no nata” comenzaban a correrle lágrimas por el rostro. Se decía que su sojos seguían con la mirada a cualquiera que se pusiese en
frente y movía continuamente los labios como queriendo decir algo. Nadie
escuchó nunca decir nada al rostro, pero Mordrake insitía en que le hablaba,
que durante las noches no podía conciliar el sueño debido a los susurros de
aquella diabólica compañera.
Su madre y sus hermanas, trataban de aliviar
y animar a Edward en todo momento, pero su única obsesión consistía en poder
deshacerse de su “invitada”. Pedía reiteradamente a sus médicos Manvers y
Teadwell que se la sacasen, aunque ello conllevase su muerte “La imaginación no puede concebir las
tentaciones espantosas en las que me envuelve. Por alguna razón de imperdonable
maldad de mis antepasados, estoy cosido a este demonio, porque estoy seguro que
es un demonio. Yo ruego y suplico para que lo eliminen del mundo, aunque yo
muera”. Pero la cirugía de aquellos tiempos no estaba lo suficientemente
avanzada como para realizar ese tipo de operaciones y su familia no quiso
arriesgarse.
Cada vez nuestro protagonista pasaba más
tiempo recluido, por lo que la familia le había impuesto una vigilancia
continua. Sin embargo, un día, a la edad de 23 años, consiguió librar la
vigilancia a la que estaba sometido y logró veneno. Ya en su habitación, se
suicidó.
Cuando se descubrió lo sucedido, se halló al
lado de su cuerpo una carta. En ella agradecía a su madre y a sus hermanas todo
el cariño recibido y hacía una última petición ineludible “que su cara demoníaca fuera destruida antes de su funeral
para que no continuase con sus espantosos susurros en la tumba”. Debido a otra
petición anterior, que había hecho cuando aún vivía, fue enterrado en tierra
baldía “sin lápida ni marca que deje constancia de mi tumba”.
Por cierto, según parece se cumplió todo lo
que pidió.
EPÍLOGO: -La enfermedad que padecía Edward
Mordrake sería según denominación de la medicina actual Disprosopus o
Disprosopia (duplicación craneal).
- La historia de Edward Mordrake, fue inspiración para personajes de la ficción
reciente como Quirius Quirrell de la
saga Harry Potter, que tenía en su nuca un gemelo malvado llamado Voldemort, o
un personaje salido en la última temporada de American horror history.
-También
se ha compuesto una canción sobre el, es bastante reciente y aquí os la dejamos
para que la “disfrutéis”, se titula “Poor
Edward” (pobre Edward) y es de Tom
Waits
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