miércoles, 14 de enero de 2015

LA HISTORIA DE EDWARD MORDRAKE

   Esta historia ha llegado a nuestros días porque los lugareños que la vivieron, se la fueron contando unos a otros. La primera referencia escrita apareció en el libro “Anomalies and curiosities of medicine” en el año 1896. En un principio se creía que sólo era eso, una historia inventada, pues era demasiado fantástica para ser real. El paso del tiempo, parece haber dado la razón a los que la relataban como verdadera, sólo que ya sabemos como son estas cosas de la transmisión oral, se cambia algo, se elimina esto, se engrandece aquello, pero la historia está ahí…

   Inglaterra y sus hermosas campiñas. Con seguridad, estaríamos hablando del siglo XIX. Los investigadores más concienzudos la datan entorno al año 1887. Condado de Postmouth, en uno de sus castillos con vistas a la belleza de unos enormes acantilados, vivían Sir William Pitt Mordrake y su esposa (la hermosísima según decían) la Condesa de Darlington. Los campos de cosecha que rodeaban el castillo generaban (con tributos arrendatarios) los suficientes ingresos como para que la familia viviese holgadamente. El matrimonio, tenía dos hijas y la Condesa, estaba en cinta de un tercero. El patriarca ansiaba el nacimiento de un varón y en este caso, así fue, llegaba al mundo el protagonista de esta historia EDWARD MORDRAKE.

   Al nacer, el médico y la matrona
que atendieron el parto, pudieron comprobar que el niño tenía una extraña malformación en la parte trasera de la cabeza. No podía ser, era más pequeña de lo normal, pero era muy clara, no tenía discusión… Edward Mordrake, había nacido con dos caras.

   El tiempo fue pasando, y Edward Mordrake  crecía, y se convirtió en un joven erudito, gran estudiante y un músico violinista de gran habilidad, pero todas estas actividades, las procuraba hacer recluido en sus aposentos, pues no soportaba su “gemela diabólica no nata” como el la llamaba, porque si, era un perfecto rostro de mujer.

   El rostro, no hablaba, no comía, no bebía, pero si podía reir y llorar, lo curioso, era que cuando Edward Mordrake lloraba, el rostro hacía muecas de risas y cuando Edward reía, a la “gemela diabólica no nata” comenzaban a correrle lágrimas por el rostro. Se decía que su sojos seguían con la mirada a cualquiera que se pusiese en frente y movía continuamente los labios como queriendo decir algo. Nadie escuchó nunca decir nada al rostro, pero Mordrake insitía en que le hablaba, que durante las noches no podía conciliar el sueño debido a los susurros de aquella diabólica compañera.

   Su madre y sus hermanas, trataban de aliviar y animar a Edward en todo momento, pero su única obsesión consistía en poder deshacerse de su “invitada”. Pedía reiteradamente a sus médicos Manvers y Teadwell que se la sacasen, aunque ello conllevase su muerte “La imaginación no puede concebir las tentaciones espantosas en las que me envuelve. Por alguna razón de imperdonable maldad de mis antepasados, estoy cosido a este demonio, porque estoy seguro que es un demonio. Yo ruego y suplico para que lo eliminen del mundo, aunque yo muera”. Pero la cirugía de aquellos tiempos no estaba lo suficientemente avanzada como para realizar ese tipo de operaciones y su familia no quiso arriesgarse.

  Cada vez nuestro protagonista pasaba más tiempo recluido, por lo que la familia le había impuesto una vigilancia continua. Sin embargo, un día, a la edad de 23 años, consiguió librar la vigilancia a la que estaba sometido y logró veneno. Ya en su habitación, se suicidó.
   Cuando se descubrió lo sucedido, se halló al lado de su cuerpo una carta. En ella agradecía a su madre y a sus hermanas todo el cariño recibido y hacía una última petición ineludible “que su cara demoníaca fuera destruida antes de su funeral para que no continuase con sus espantosos susurros en la tumba”. Debido a otra petición anterior, que había hecho cuando aún vivía, fue enterrado en tierra baldía “sin lápida ni marca que deje constancia de mi tumba”.
   Por cierto, según parece se cumplió todo lo que pidió.

  EPÍLOGO: -La enfermedad que padecía Edward Mordrake sería según denominación de la medicina actual Disprosopus o Disprosopia (duplicación craneal).
                   - La historia de Edward Mordrake,  fue inspiración para personajes de la ficción reciente  como Quirius Quirrell de la saga Harry Potter, que tenía en su nuca un gemelo malvado llamado Voldemort, o un personaje salido en la última temporada de American horror history.
                      -También se ha compuesto una canción sobre el, es bastante reciente y aquí os la dejamos para que la “disfrutéis”, se titula “Poor Edward” (pobre Edward) y es de Tom Waits






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