Pues miren, viendo este panorama, he decidido que también yo me debería mojar, tengo mis razones y mis pronósticos (PROFECIA) para este 2015
que en apenas 24 horas estará con nosotros. Si, es una sola, nada más, pero nada menos. Léanla, interprétenla, reinterprétenla, si quieren ténganla en cuenta para sus quehaceres (les aseguro que para los míos la tendré). Ahí va:
Ciento ochenta días después del último día
marcarán al humano por ciento ochenta años
las ovejas intentarán dejar de ser rebaños
mientras van buscando a un verdadero guía.
No sabiendo que es lo que ocurre, el dinero corre
quien lo tiene, piensa en esconderlo
pero cuando va a recogerlo
alguien dirá que de ese dinero no se dispone.
Del sur los hombre que garabatean letras
harán camino como buen caminante
y no se si en ese periodo o algo más adelante
sabrán hacer en las ciudades crecer setas.
Todo esto ya será bastante, pero lo que más temo
es que antes de la época veraniega
salga el gran oso de su madriguera
porque está hasta los cojones de algún que otro memo.
Podría seguir escribiendo pero aquí me quedo (al menos por ahora). Disfruten de lo vivido y de lo que queda por vivir, que el mundo (y de eso estoy casi seguro) no se va a acabar.
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