miércoles, 22 de marzo de 2017

METAMORFOSIS

Me estoy neoconservando, empiezo a ser consciente del proceso, aunque desconozco con exactitud
cuando se inició. Hay estudios que afirman que los primeros síntomas se dan cuando consigues el primer trabajo que uno estima como serio, otros lo desmienten y sostienen que el primer hijo es un acontecimiento que produce mutaciones irreversibles en la zona de conciencia política.
Achaques de la edad, también lo llaman; responsabilidad, lo definen; la meta conseguida, el objetivo cumplido, la hipoteca pagada, el negocio buscado, el coche soñado….. síntomas que nos alejan contra lo que protestábamos, no porqué lo repudiásemos, sino por el deseo de posesión de lo que otros atesoraban y que creímos que nunca soltarían. Profesores que odiamos y en los cuales nos convertimos, empresarios que criticamos y que ahora imitamos, trabajos que envidiamos y en los que nos atrincheramos; generación remera de un Estado que nos sodomiza atados de espalda al camastro gimiendo de placer y dolor según nos convenga, gritando a nuestras copias más jóvenes que esto es lo que hay que hacer, lo adecuado, lo establecido; dando lecciones, sentado cátedra, sintiéndose ya los vencedores del siglo XXI sin atisbar que nuestras canas reflejan nuestra incipiente decadencia en favor de una nueva generación que nos resopla en la nuca. Hay días, sobre todo en las primeras horas, cuando las hormonas de la juventud aún parecen despiertas, en que perdemos la noción del tiempo, como si nuestra entrepierna lanzase mensajes a nuestro cerebro, mintiéndole; eres un chaval de veinte y pico, córrete y después hazte un kms., lee el facebook, da unos megusta y comparte la noticia de la detención de un banquero, después duchate y al curro, y gana pasta como sea, por tu familia y por ti, que te gustaría ampliar la nave o irte al Caribe el fin de año. Yo, tu, el y aquel que dibujaba hoces y martillos en libretas de literatura, que llenaba el Ford Fiesta de pagatas de Bob Marley, que merecía unas hostias por hacer el gilipollas con el coche en un muelle, que se revelaba cuando un portero de discoteca no le dejaba pasar por borracho, que gritaba no a la guerra o no nos representan; y que hoy solo envía un no like cuando ve la foto de un negro muerto a la orilla de un mar. Por miedo.

Neno Pucho.

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