He alcanzado la verdad suprema: “el odio es necesario, es imprescindible y es beneficioso para la evolución del ser humano”
Sin esa increíble fuerza que nos da el odio nunca podríamos derribar nuestro temor a equivocarnos.
Sin la sinergía que produce el odio, el ser humano jamás habría alcanzado las cuotas de autoestima necesarias para dar el salto al vacío de lo desconocido.
El odio nos hace irracionales, y la irracionalidad nos hace atrevidos, y el atrevimiento nos hace avanzar.
Sólo tiene una pega, el odio o se diluye o nos corroe, así pues, es como un buen medicamento, sólo debe tomarse en caso de que los beneficios superen a los efectos secundarios y durante períodos de tiempo limitados.
Buena suerte y amaros hijos míos
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