Desde casi siempre los grandes imperios fueron aquellos que dominaron los mares.
El USS Constitution luchando contra la HMS Guerriere en la Guerra anglo-estadounidense de 1812.
Si a la Armada Invencible le sucedió la Royal Navy, a esta última la continuó la U.S. Navy dueña de casi todo el orbe desde finales de la II Guerra Mundial, que estos días, meses o quizás años está siendo puesta a prueba y comenzando a dar posibles muestras de que su poder absoluto ya no puede ser tal; poniendo en correlación peligrosa la hegemonía doble que siempre lleva consigo el poder militar: o sea por una cara de la moneda la U.S. Navy y por la otra el dólar y su deuda.