lunes, 17 de diciembre de 2018

HERMENEGILDA Y PACO

Francisco Castro Calvar siempre vivió la vida como si cada día fuese su último trago y penúltimo polvo. Hijo de Hermenegilda con idénticos apellidos que su progenitora, desconocía quien había sido su padre, la vieja soltaba la tela siempre que se lo pedía, pero prenda sobre su progenitor nunca. Rumores en la parroquia siempre escuchó; que si un trompetista de Los Satélites, que si un portugués estrapelista, un antiguo cura anterior a D. Antonio, un feirante de pulpo de Carballiño, un chófer de Transportes La Unión,……. Vamos que el abanico donde elegir papá era amplio, tanto como la fama de putón verbenero que tenía la vieja, eso sí, ni Dios se atrevía con ella, su dudosa virtud era inversamente proporcional a su mala hostia.