viernes, 13 de noviembre de 2015

VOTOS Y BALAS

No los escuchamos porque suenan lejos en la distancia, pero en cada torpedo que estalla, en cada ráfaga de un AK-47, se está jugando algo más que un yihadista menos. Puede sonar grandilocuente, pero según algunos lo que se está dilucidando en Oriente es la III Guerra Mundial.

Piensen en cada bala como parte alícuota de una credibilidad, confianza y fe que ahora está siendo puesta en entredicho; hoy y siempre a los imperios los sostienen las armas, pero también sobre la confianza en que cualquier problema de abastecimiento de sus canales vitales serán resueltos por la vía militar. Si esto último comienza a ponerse en duda, el castillo de naipes sobre el que se sostiene puede empezar a dar señales de derrumbe.

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Por eso y mucho más debemos estar atentos a la guerra en Siria. Allí están todos los actores mundiales sobre el tablero: USA y su miniyo Israel (hay quien que viceversa), USA y su gasolinera Arabia Saudí, USA y maricomplejines Europa, USA y Qatar Fundation, USA y los turcos buscando el imperio otomano perdido; y por otro lado: Rusia y el nuevo actor en la zona Irán, Rusia y lo que queda de Siria y Rusia con tal vez China. Y entre ellos la disculpa: el estado islámico (ISIS), que como quien no quiere la cosa se apodera de parte del Kurdistán, Irak y Siria, combatiendo contra el régimen de Al-asad al hoy se le consideraba el genocida exterminador de nuestro tiempo. Raro, raro: unos yihadistas rebanacuellos siendo enemigo del que Occidente llama genocida. Mosqueante: el que el principal aliado de Israel en la zona sea la dictadura sátrapa monárquica de Arabia Saudí. Intrigante: ver la preocupación de Occidente por el posible gran éxito de Rusia en su intervención en el conflicto cepillando a diestro y siniestro a los barbudos del ISIS.

Y lo preocupante: el que USA con todo su equipaje parece estar perdiendo el envite, y aunque los anti-yanquis estén preparando el champagne para festejar tal evento, la cosa no es para celebrar pues cuando un imperio da síntomas de debilidad, cual león herido puede revolverse y mostrar su verdadera cara a través de una metamorfosis de un Estado que una vez fue ejemplo de libertad y que hoy puede tornarse lo contrario tanto dentro como fuera de sus fronteras.

Conviene recordar que república, tiranía, monarquía u oligarquía son regímenes que se suceden unos a otros a lo largo de la historia y que suelen surgir con ocasión de acontecimientos muy similares a los vividos en la actualidad.

Todo cambia, nada permanece. Lo que antes era un gobernante modélico, clave en la estabilidad de una zona, hoy es un dictador opresor; llámese Bashar o Felipe, todo dependerá de las circunstancias e intereses de los grandes bloques. Por eso, hoy más que nunca, la tan usada frase de “la historia siempre se repite” se podría amoldar a los sucesos actuales comparándolos con la década de los años 30 de siglo pasado: Cataluña vuelve a solicitar su independencia, el fascismo es hoy yihadismo, Siria puede ser Polonia, y España Dios dirá.

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Cada voto cuenta, y cada bala (por desgracia) también. 


Neno Pucho.

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