sábado, 7 de febrero de 2015

MANDAMIENTOS


Un día dejan de ser simples mortales y pasan al club de los elegidos, ese día son llamados al banquete del Señor y dejan de ver la realidad con ojos de simples mortales. Aquellos que no juegan a los dados lanzan sus jugadas maestras, trazan sus estrategias y eligen sus peones, sus apóstoles. La partida discurre según los mandamientos, según los artículos; a veces se tuerce un poco pero enseguida se endereza dando nuevas cartas con revés marcado y encriptado.

Rebaño somos en el desconocimiento de nuestra fé diseñada. No la discutimos, su aceptación es su éxito, su disciplina impuesta es indolora y como tal invisible. Vencieron la anterior o murió de ancianidad, aquella diseñada en los inicios del Imperator y modificada según convenía hasta su fin; el testigo fue recogido por la nueva era nacida en la cual los nuevos mandamientos fueron creados según los estrenados  tiempos, donde la nueva fé sustituye a la anterior manteniendo su condición de misterio, de divinidad: los nuevos dioses.

Nuevas catequesis fueron creadas, escuelas sustituyen a templos donde germinan los nuevos rebaños. No se discute la esencia, se aplica y se da por hecha, por divina. Es así por así tiene que ser, punto. A partir de ahí llegamos aquí, por ver está si hay que proceder a la apilación de madera en la pila del señor, o procede un simple ajuste. Ciertos rebaños están descubriendo un nuevo camino virtual donde se esconde la crítica, donde nace una nueva apostasía: los nuevos cátaros, montsegur.com.
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Reflexiones nacidas de una conversación de este pasado domingo en las ruinas de un yacimiento arqueológico. Hija que pregunta a su padre del porqué de la excavación, padre que contesta que para saber como se vivía antes, hija que pregunta como intuimos que eso (el saber) esta escondido en la tierra, padre que contesta que no se sabe lo que esconde, hija que contesta:

“Como el misterio de nuestra fé”.



Neno Pucho.

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